Hoy os traemos un interesante artículo americano donde analizan hasta que punto es rentable almacenar los excedentes de una energía tan limpia y barata como la solar y la eólica.
Tiene sentido, seguid leyendo….
En teoría, nunca es bueno malgastar energía. Pero en la práctica, la vida se basa en compensaciones, y en ciertas situaciones puede ser mejor tomar parte de la opción que conlleva un mayor malgasto energético.
Esta es la conclusión de un estudio en el que se ha observado el sobrante energético en inversiones solares y eólicas (EROI), así como la eficiencia de varias tecnologías de almacenamiento (bombeo hidráulico, aire comprimido, pilas).
Aquí comienza el dilema: Eólica y solar son fuentes muy limpias comparadas a la mayoría de las otras fuentes de energía, pero estas producen electricidad intermitentemente, por lo que algo debe hacerse para asegurar que se cuentan con suficientes suministros para la demanda existente.
Imaginémonos que la que sea la mejor manera de mitigar la intermitencia sea algo más compleja de lo que pueda parecer a simple vista.
La opción más obvia es construir un almacenaje, pero construir una estación de bombas hidráulicas o una gran cantidad de baterías de litio consume recursos y energía.
Calculando el EROI de todas las opciones posibles, los investigadores han averiguado que a menudo, puede ser mejor construir simplemente más turbinas eólicas o más paneles solares, o incluso líneas de transmisión que muevan la energía de un lugar donde el sol está brillando o el viento soplando a otro donde no lo esta, que construir almacenamientos de energía.
Esto podría conllevar a grandes excedentes de energía, lo cual podría significar más energía solar y eólica siendo malgastadas, pero cuando la producción disminuya, la mayor capacidad total significaría que aún podíamos producir lo suficiente para satisfacer la demanda.
Los autores de este estudio concluyen diciendo, “Intentar el salvar la energía barata (p. Ej. Eólica) usando carísimas baterías es un malgasto desde una perspectiva social” Por otra parte señalan, “Si la sociedad tiene como objetivo aumentar la producción de (por ejemplo) la energía eólica con la menor inversión energética posible, es mejor en muchos casos simplemente construir otra turbina de viento, o, posiblemente, líneas de transmisión, antes que la construcción de una batería para almacenar la energía y que esté disponible en las temporadas energéticamente bajas”.
Creo que la conclusión final a este estudio no es que una opción u otra sea siempre la mejor, sino que siempre debemos hacer los cálculos necesarios para averiguar cuál de las opciones posibles tiene más sentido.
Este estudio no significa que el almacenamiento energético nunca vaya a tener sentido, o que no lo comience a tener a medida que las tecnologías avancen:
Después de observar porque sus modelos daban esos resultados, los autores concluyeron que la manera más simple de cambiar la situación era darle a las baterías una vida útil más larga. Simplemente el doblar la vida útil de una batería de litio sería suficiente para iniciar el cambio de un almacenamiento en batería de energía eólica a un territorio de equilibrio (incrementar la capacidad y la habilidad de sostener grandes perdidas también ayudaría).
Y desarrollar tecnologías como baterías de metal líquido podrían obtener una masiva mejoría en la escala EROI, haciendo del almacenaje una obviedad, una vez que la tecnología madure.
También es posible que si construimos enormes excedentes de eólica y solar, encontraremos usos adecuados para esa energía extra antes que malgastarla en los días soleados y ventosos. El precio dinámico de la electricidad podría ser un incentivo para que las industrias de producción energética intensivas produjeran más bienes en los días de excedentes y reservas por días de baja energía cuando la electricidad es más cara. Estoy seguro de que el ingenio humano sabrá darle uso a toda esa energía barata y limpia…
Fuente: Treehugger