Las eléctricas pagan menos de 20 millones al Gobierno por el caudal de los ríos, con el que ganan 1.000 millones – Como en el caso de la nuclear, crece el debate para revisar su retribución.
- La patronal sostiene que una presa «no se amortiza nunca»
- Los consumidores pagan la electricidad al precio más caro, el del gas natural
- PSOE, PP, CiU y PNV votaron en contra de limitar «el beneficio caído del cielo»
- Los ecologistas critican el continuo «expolio eléctrico» de los cauces
- El fiscal denunció a Endesa por secar un río gallego durante 50 años
- Medio Ambiente dice que las eléctricas no quedarán fuera del debate de los costes
Recientemente informamos desde este blog que se iba a realizar en el congreso un debate sobre los «beneficios caídos del cielo» de hidroeléctricas y nucleares.
Finalmente, como cabía esperar, se rechazó revisar dichos costes y la propuesta de sacarlos del «pool» eléctrico.
Dejamos a continuación el interesante reportaje de Rafael Méndez publicado en El País, sobre todo este asunto:
Los ríos son milagrosos. Se sabía que traían riqueza y belleza, pero lo que consiguen con ellos las eléctricas va mucho más allá. El Ministerio de Medio Ambiente ha recabado entre todas sus confederaciones hidrográficas los datos, dispersos y opacos, sobre cuánto le pagan las eléctricas por usar el agua para producir electricidad. El recuento da como resultado que por usar el agua, por ley un bien público y sin dueño, las eléctricas pagan entre 10 y 20 millones de euros al año al Gobierno, según fuentes del Ejecutivo ( -no encontré dicha fuente, pero dejo este documento del Mityc sobre el sector hidroeléctrico donde aparecen costes- ).
Con ese caudal producen electricidad que, a su vez, las eléctricas cobran al precio de mercado.
De media, en los últimos años han conseguido alrededor de 1.000 millones anuales de beneficios con este sistema.
El Ministerio de Medio Ambiente considera que esta desproporción es excesiva y busca fórmulas para cobrar algo a las eléctricas. El secretario de Estado del Agua, Josep Puxeu, advierte: «Las empresas eléctricas no pueden seguir al margen del debate de la gestión del agua ni de los costes de esta«.
El sistema de fijación de precios de la electricidad es singular. Las empresas van ofertando la electricidad en función de la demanda de cada momento. Las eléctricas primero aportan la nuclear, que no puede variar su potencia, todas las renovables entran por ley y, si hay agua en los embalses, la hidráulica. Lo que falta se completa con carbón y gas, que son más caros, y al final todas cobran el precio más alto.
( -más info sobre esto en este post sobre la formación del precio de la electricidad y este otro sobre El Mercado Electrico– )
El resultado es que la hidroeléctrica sin apenas costes y con presas construidas hace décadas se cobra al precio del gas. Si el gas sube en los mercados internacionales, suben los beneficios de las presas. Los expertos bautizan este fenómeno como «beneficios caídos del cielo» (del inglés, windfall profits).
La Comisión Nacional de la Energía alertó del efecto perverso del sistema en 2008, pero solo la crisis, con la necesidad del Estado de recaudar más y de contener la desbocada tarifa eléctrica, ha abierto el melón de la regulación. Según la metodología de la CNE, el sector obtuvo 1.111 millones de beneficios extra en 2008 y 647 en 2009. La cantidad varía en función de la cantidad de lluvia y del precio del gas, que fija el del mercado. En los primeros ocho meses de este año, mucho más lluvioso, la cantidad ronda los 900 millones.
Medio Ambiente ha revisado los cánones de las presas sobre las que las eléctricas operan en forma de concesión. La inmensa mayoría son embalses construidos en los años cuarenta y cincuenta y con concesiones de hasta 75 años. «No pagan el agua. La cantidad que abonan de canon es mínima«, resumen fuentes del Ejecutivo, que citan favores de los gobiernos franquistas hacia las eléctricas. La primera gran concesión que caducará lo hará en 2024, según estas fuentes.
La Secretaría de Estado de Agua ha estudiado fórmulas para recuperar concesiones, pero legalmente, según afirman las fuentes consultadas, es prácticamente imposible.
La patronal eléctrica, Unesa, discrepa radicalmente. Sostiene que las centrales hidroeléctricas «no se amortizan nunca». Da igual que fueran construidas hace décadas, da igual que el combustible, en este caso el agua, sea virtualmente gratuito y da igual que cobren el kilovatio al mismo precio que una central de gas recién construida y que importa desde Argelia el combustible. «Las centrales hidráulicas y nucleares no están amortizadas. De hecho, les queda más de un 40% de vida útil económicamente restante», afirma un borrador del informe La situación económico-financiera de la actividad eléctrica en España: 1998-2009. Unesa agrupa a Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.ON y HC Energía.
Unesa aporta un estudio que encargó a la consultora Deloitte en el que afirma que «se ha constatado la inexistencia de los llamados windfall profit», y algo similar ha dicho la consultora PricewaterhouseCoopers, ambas de gran predicamento.
El tema no es menor. Entre enero y agosto, la hidráulica supuso el 19% de la electricidad de España. Es verdad que ha sido un año húmedo y que es un porcentaje excepcional, pero da idea de que no es una tecnología residual.
El tema, que apenas generó debate los años de bonanza, llegó el pasado martes al Congreso ( -tal como comentábamos al principio del post- ). El diputado de ICV, Joan Herrera, llevó una proposición no de ley para sacar a nucleares e hidráulicas del sistema de fijación de precios: «No puede ser que presas construidas durante la dictadura de Franco, o incluso bajo el mandato de Primo de Rivera, y que no pagan el agua que usan, generen enormes beneficios caídos del cielo», lanzó Herrera. El rechazo fue casi rotundo. El PNV y CiU consideraron demagógica la propuesta.
Galicia es la comunidad que con más intensidad ha vivido el debate. El fiscal denunció a Endesa el pasado mes de abril por secar un tramo de 3,4 kilómetros del río Eume -en él pescaba Franco- durante 50 años entre la presa y la central hidroeléctrica que explota río abajo. La fiscalía denunció un posible delito contra los recursos naturales y el medio ambiente por incumplir la Ley de Pesca Fluvial de Galicia, de 1992, que impone una serie de caudales mínimos, y pidió un informe a la Comisión Nacional de la Energía sobre los beneficios obtenidos por la eléctrica este tiempo.
En la elaboración de los planes de cada cuenca hidrográfica que prepara el Ministerio de Medio Ambiente, algunas eléctricas han pedido compensaciones, ya que al fijar caudales ecológicos no podrán poner turbinas para producir electricidad ni elegir el momento más propicio. La respuesta que les ha dado Puxeu, y que ha enviado a los presidentes de las confederaciones, es que no puede haber contrapartidas, que el caudal del río es previo a la concesión administrativa y que el negocio privado con un bien público como el agua debe tener límites.
Concurso de bombeos
El gran reto de la red eléctrica en España es conseguir integrar las energías renovables ( –ver este artículo sobre el CECRE– ), especialmente la eólica, que en los ocho primeros meses del año ha generado el 15% de la electricidad. Para ello, la fórmula ya existente son presas reversibles. Si de noche sopla mucho viento y el sistema no puede absorber toda la electricidad, estas presas bombean agua hacia arriba y consumen el exceso de electricidad. De día, cuando sube la demanda eléctrica, el agua se deja caer y genera electricidad.
En España hay unos 5.000 megavatios de bombeo y otros 3.600 en proyecto, pero con la crisis las eléctricas han ralentizado las inversiones. El Gobierno teme que no se lleguen a construir y que cada vez se desperdicie más energía eólica por falta de capacidad de almacenamiento.
Fuente: El País
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1 Comment
Y todas la centrales hidráulicas se automatizaron con fondos europeos …o sea a cuenta de la reconversión industrial subvencionado por Bruselas