Virent Energy Sistems y Shell han presentado la primera biogasolina compatible con cualquier motor de gasolina y en cualquier porcentaje de mezcla.
Se trata de un proyecto de demostración en el que la materia prima utilizada es la misma que para fabricar etanol (remolacha en este caso), pero difiere la tecnología, ya que el nuevo biocarburante no se origina a partir de un proceso de fermentación y destilación, sino de uno similar al del refino del petróleo.
La planta de demostración de Virent en Madison (Wisconsin, Estados Unidos) ha producido el primer litro de la nueva biogasolina, que a pesar de proceder de la conversión de los azúcares de algunas plantas no ha dado como resultado etanol. Es el último paso de un programa de investigación y desarrollo en el que Virent y Shell trabajan desde 2008. La planta está capacitada para producir 38.000 litros al año, que se destinarán tanto a pruebas en motor como a flotas cautivas de vehículos.
La noticia contiene como primera lectura positiva que el producto elaborado por Virent y Shell se puede emplear en cualquier tipo de motor de gasolina y en cualquier mezcla, cosa que ahora no ocurre con el bioetanol. El límite de mezcla con gasolina de este último en motores convencionales está en torno al 10%. Para porcentajes mayores existen vehículos especialmente adaptados, los llamados flexifuel. Otra ventaja es que la biogasolina no necesita ninguna infraestructura añadida o especial ni en los sistemas de descarga y almacenamiento ni en las gasolineras.
Mayor contenido de energía y más eficiente
La tecnología patentada por Virent (BioForming) para producir el biocarburante emplea catalizadores para convertir los azúcares de las plantas en moléculas de hidrocarburo, en un proceso similar al que se sigue en una refinería al convertir petróleo en gasolina (imagen). Hasta el momento, el único proceso industrial y comercial para obtener un sustituto bio a la gasolina es la fermentación de esos azúcares y su posterior destilación.
Como apuntan las dos compañías en una nota de prensa, el nuevo sistema patentado permite que el carburante tenga un mayor contenido de energía que el etanol y, por lo tanto, una mayor eficiencia en su uso. También recuerdan que no sólo admite la mezcla con gasolina pura sino con ésta mezclada con etanol. Eso sí, como apunta Luis Scoffone, vicepresidente de Energías Alternativas de Shell. “todavía queda camino por andar para conseguir la comercialización, aunque estamos muy satisfechos de lo rápido que se han conseguido algunos resultados en el trabajo conjunto con Virent”.
Viable con cultivos alimentarios y con sus residuos
La planta de Madison trabaja actualmente con remolacha, pero tanto Virent como Shell recalcan que la tecnología BioForming permite utilizar otras materias primas no alimentarias para elaborar la biogasolina, como restos herbáceos de maíz, paja de trigo o bagazo de caña de azúcar, además de las plantas originales de estos residuos agrícolas. En España, desde la sección de Biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), valoran de forma muy positiva la iniciativa, y le dan toda la credibilidad por la envergadura del proyecto y las compañías que lo llevan a cabo.
“En Estados Unidos hay varias líneas de investigación en este mismo sentido, e incluso España tiene la capacidad tecnológica para invertir y trabajar en ello, la lástima es que las empresas productoras tienen que estar más pendientes de conseguir sacar adelante su producción que de investigar nuevos procesos y productos”, señala Manuel Bustos, director de APPA Biocarburantes.
Fuentes: EnregiasRenovables, Shell, Virent