Las bombillas de 60 vatios desaparecen este mes de los puntos de venta, conforme a la directiva comunitaria 2009/125 que fija la eliminación progresiva entre 2009 y 2016 de las lámparas incandescentes tradicionales.
Esta directiva establece un calendario cuya aplicación comenzó en septiembre de 2009 con la eliminación de las bombillas de 100W y continuó en el mismo mes del año pasado con las de 75W. El objetivo de la medida es no solo reducir el consumo energético, sino evitar los residuos generados por estos dispositivos.
En una nota, General Electric explica que un tercio de la electricidad que se consume en el mundo se debe a la iluminación y que la sustitución de las bombillas tradicionales por nuevos sistemas de tecnología eficiente permitirá reducir las emisiones de CO2 en unos 15.000 de toneladas al año, así como ahorrar hasta 60 euros en cada factura de la luz.
Como alternativas a las bombillas incandescentes, la empresa cita la lámpara halógena de 42W, que es la que más se parece a las convencionales de 60W. Esta bombilla, asegura, aporta la misma cantidad de luz, es regulable, se enciende al instante y tiene la misma forma, pero es un 30% más eficiente.
Además, cita como otras alternativas la lámpara fluorescente compacta de espiral de 12W, que ofrece un ahorro energético del 80%, es de encendido rápido, no produce parpadeos al encenderse y proporciona luz blanca cálida, ideal para el uso frecuente en salas de estar y comedores.
En cuanto a las bombillas LED, asegura que son el futuro de la iluminación gracias a su vida media de entre 10 y 25 años, esto es, 25 veces más que la bombilla incandescente. Además, ofrecen una capacidad de ahorro un 80% superior a los sistemas tradicionales.
Fuente: EuropaPress